Cuídate con mucho gusto con Astrid Barqué

Llénate de energía para recibir a la primavera

Estamos ya en pleno mes de marzo. Dentro de unos pocos días el invierno nos dejará para dar paso a la primavera. La naturaleza empieza a despertar del letargo invernal, poco a poco los días se hacen más largos, con más horas de luz y se elevan las temperaturas. Todos los seres vivos experimentan cambios; los árboles y las plantas brotan y florecen, los animales se muestran más activos. Los seres humanos no somos una excepción y debemos prepararnos para afrontar la nueva estación en condiciones óptimas.

Es un buen momento para hacer cambios en nuestra rutina y en nuestra alimentación para entrar en la nueva estación llenos de energía. Las comidas durante el invierno suelen ser copiosas, densas y calóricas, por lo que empezar la estación con una dieta depurativa que, además de ayudarnos a eliminar las toxinas acumuladas, nos permita perder algún kilito, será una gran opción. En esta época es muy frecuente la astenia primaveral, que  es una sensación de fatiga general y cansancio intenso que experimentan muchas personas cuando el cuerpo tiene ciertas dificultades para adaptarse al incremento en las horas de luz y al aumento de las temperaturas. Debido a los cambios bruscos de temperatura también es una época vulnerable para resfriados e infecciones. Entonces ¿Cómo debemos alimentarnos para prepararnos para tantos cambios? Una dieta muy rica en nutrientes y baja en calorías vacías y alimentos tóxicos pondrá nuestro cuerpo a punto.

Lo primero de todo es beber abundantes líquidos, pues el agua es imprescindible para que el cuerpo pueda eliminar las toxinas acumuladas durante el invierno. Una muy buena opción si eres de los que te cuesta beber agua es tomar infusiones, los tés (rojo, verde, blanco, Roibós)   además de hidratarte, aportan muchos antioxidantes que contrarrestan los efectos de los radicales libres que se forman en los procesos de depuración del organismo. Los zumos de frutas también son una buena opción, aunque no debes abusar de ellos, pues las frutas contienen mucho azúcar.

Toma abundantes frutas, verduras y  hortalizas, preferentemente las de temporada y a ser posible en crudo, pues conservan mejor sus vitaminas y propiedades. Las frutas tienen gran cantidad de agua, fibra, vitaminas antioxidantes y fitonutrientes. La fibra te ayudará e evitar el estreñimiento (para depurar el organismo es muy importante que las funciones de eliminación se hagan correctamente), y las vitaminas  y antioxidantes ayudan al hígado a fabricar sus enzimas «desintoxicantes» y a neutralizar los radicales libres. Es época de fresas, cerezas, albaricoques, ciruelas, melón, sandía…pequeños y deliciosos manjares que la naturaleza nos regala para que nos cuidemos disfrutando (otro día me extenderé en las cualidades y propiedades de estas frutas). Toma al menos 3 raciones de fruta al día. Si estás vigilando tu peso no excedas esta cantidad.

Las verduras y hortalizas también te aportan agua, fibra, vitaminas y minerales. Toma una gran ración de ensalada o verdura cocida, tanto en la comida como en la cena, aliñada con un poco de aceite de oliva virgen extra y unas gotas de limón. Es época de calabacines, calabaza, espinacas, judías, remolacha, lechuga y los deliciosos tomates. Estos alimentos te aportan una gran cantidad de nutrientes y muy pocas calorías, por lo que son los aliados perfectos para controlar tu peso.

Toma legumbres un par de días a la semana; las legumbres son una excelente fuente de proteína vegetal, que además te aporta mucha fibra. Las puedes tomar en ensalada mezcladas con verduras y con algún cereal integral (arroz, quinoa, cous cous) para completar su perfil de proteínas.

Los cereales integrales son más ricos en vitaminas y minerales que sus versiones refinadas, con lo que añadirán un valor nutricional extra a tu dieta, además de aportarte fibra.

Los pescados, huevos, lácteos desnatados y carnes blancas (pollo, pavo, conejo) te aportarán proteínas de buena calidad y bajas en grasas, necesarias para el mantenimiento de las estructuras de tu cuerpo y el buen funcionamiento del organismo y básicas para mantener fuerte tu sistema de defensas.

Huye de los alimentos procesados con exceso de grasas, azúcares y sal, pues saturan tu organismo y a menudo son muy pobres en nutrientes.

Estos hábitos alimenticios también te ayudarán a mantener un sistema inmunológico a prueba de infecciones, ya que conseguirás aumentar el consumo de nutrientes claves para su correcto funcionamiento, como son las vitaminas B6 (piridoxina) y B2 (riboflavina) que encontrarás en los cereales integrales, las semillas, los lácteos y las carnes; Vitamina A o betacaroteno, abundante en lácteos y hortalizas como la calabaza, zanahoria, batata o brócoli y frutas como el albaricoque, mango o melón; Vitamina E, que encontrarás en frutos secos, semillas y verduras de hoja verde; Vitamina C y ácido fólico, que encontrarás en cítricos, fresas y frutos rojos y verduras de hoja verde.  No debes olvidar consumir fuentes de hierro (las almejas,  berberechos y mejillones son una fuente excelente de hierro y muy baja en grasa) y zinc, mineral estrella del sistema de defensas, cuyo déficit es muy habitual (sobre todo en dietas vegetarianas) y encontrarás en las carnes, las nueces, legumbres y cereales integrales. El consumo de grasas omega 3 (pescado, nueces, semillas de lino y chía) también estimula las funciones del sistema de defensas, así como una dieta con suficientes proteínas.

Y para terminar, este es el momento idóneo para tomar algún complemento alimenticio natural como la levadura de cerveza, el germen de trigo la jalea real , que enriquecen muchísimo el valor nutricional de tu dieta mientras te aportan vitalidad y te ayudan a estimular tu sistema inmunológico.

Bienvenido a la primavera y ¡a disfrutar con energía y salud!

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